Plaza Milans

La plaza Milans figura entre las curiosidades arquitectónicas de Barcelona, se ha popularizado por un detalle curioso, para admirarla debes ver hacia el cielo.

Ubicación de la plaza Milans

La plaza Milans está ubicada en la calle Milans del Barrio Gótico, aproximadamente a unos 5 minutos a pie de la Rambla, o sea, en pleno centro de Barcelona.

El Barrio Gótico que se caracteriza por sus calles angostas y, a manera de laberinto encuentra en esta plaza para sus transeúntes, la sensación de un espacio más extenso.

La calle Milans tiene apenas 100 metros de longitud y forma un ángulo que conecta las calles Avignó y Ataülf i Gignàs, y justo en el vértice se encuentra la pequeña plaza de 9 metros de diámetro.

Datos históricos

La plaza fue construida en 1853 por el arquitecto Francesc Daniel Molina, durante la época del derribo de las murallas, para dar inicio a la urbanización de la ciudad y la liberar espacios que antes ocupaban principalmente los edificios religiosos ( consecuencia de la desamortización eclesiástica), antiguamente en este sitio se encontraba el Palacio Real Menor.

Según la Guía de arquitectura de Barcelona de Roger Casas, describe la plaza de la siguiente manera: “…intenta crear un espacio más extenso de lo que hubiera sido una calle cualquiera, y de este modo ampliar la fachada de cada vivienda para recibir una mayor entrada de luz solar y ventilación. Además es una manera bastante sencilla de organizar esta calle, con un modelo geométrico en una zona donde una calle de trazados rectos era imposible”.

Plaza Milans

Curiosidades

La plaza tiene forma pentadecagonal, es decir que forma un polígono regular de 15 lados, lo que destaca la influencia de la cultura de las matemáticas en el arquitecto Francesc Daniel Molina.

La plaza en sí misma es solo un sitio de paso, y para descubrir su encanto, si vas a pie debes mirar hacia el cielo entonces notarás que los bordes de los edificios crean un círculo perfecto, esto hace que la plaza sea un espacio singular, también podrás observar su círculo perfecto desde un paseo en helicóptero.

La realidad es que esta vista es cuestión de matemáticas, y la realidad es captada perfectamente por una cámara, pero para mí, siempre será la magia de Barcelona.

Te invito a que disfrutes de la Plaza Milans, sin lente.

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