PARQUE DE LA CREUETA DEL COLL

El parque, que ocupa un espacio que antiguamente era una cantera (la pedrera del Coll), fue diseñados por los arquitecttos Oriol Bohigas, David Mackay y Josep Martorell y cubre una extensión de 1,68 hectáreas.

La entrada principal es por el paseo de la Mare de Déu del Coll. Siguiendo el camino, llegamos a una explanada donde encontraremos una zona de juegos infantiles. Al lado de este espacio hay un bar.

La gran plaza, delimitada en parte por una pérgola y protegida al fondo por las paredes de lo que fue una pedrera, nos da la bienvenida si accedemos al espacio desde el paseo de la Mare de Déu del Coll.
Los caminos ascienden en medio de una vegetación frondosa de árboles y arbustos. Arriba de todo, ya en la parte forestal del parque, se llega a una zona de pícnic, adornada por el verdor de los pinos, en un lado, y la vegetación que ha ido creciendo y que colorea las paredes de la antigua pedrera del Coll, en el otro. La vista de la ciudad es espectacular.

El parque de la Creueta del Coll se inauguró en el año 1976 en el barrio de Gràcia de Barcelona, después de muchas polémicas por saber qué se tenía que hacer con los terrenos de la antigua cantera del Coll. En lugar de construir bloques de pisos, la decisión fue abrir este parque a todos los vecinos de Gràcia que actualmente acceden por una plaza donde da la bienvenida un monolito de hierro. Una vez dentro, mesas de ping-pong, zonas de juego y de picnic y, sobre todo, una gran piscina pública de poca profundidad, hacen posible el ocio de adultos y niños.

La joya del parque es sin duda la gran escultura de hormigón de Eduardo Chillida, titulada «Elogio al agua«. Se trata de una pieza de 50 toneladas de hormigón, suspendida sobre una lámina de agua y soportada por cuatro cables de acero. Es la nota artística de este preciado parque de Gràcia.

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