El parque de Cervantes es un espacio verde espléndido y abierto, que se distingue por las grandes zonas de césped, los caminos anchos y la suavidad de la pendiente del terreno. Son características que lo convierten en un lugar muy apreciado por paseantes y deportistas, sobre todo, los ciclistas y los corredores.
El parque de Cervantes está ubicado en la zona donde antes se encontraba el torrente Estela, que transportaba el agua que descendía desde la cima de Sant Pere Màrtir.
Fue diseñado por Lluís Riudor i Carol, director entonces del Servicio Municipal de Parques y Jardines de Barcelona. Inaugurado en 1965, destaca por la gran variedad de rosales, planta a la que está dedicado este parque de manera especial, con un conjunto de unos 11 000 rosales de unas 245 variedades distintas.
Por la climatología mediterránea de Barcelona estos rosales están en floración prácticamente desde abril hasta noviembre, aunque entre mayo y junio alcanzan el cénit en su floración, que otorga a este parque de una singular belleza.
Cada año se celebra en este parque un concurso de rosas nuevas, que son bautizadas con diversos nombres por sus creadores.
Además de los rosales, en el parque hay varias zonas de césped y pequeñas arboledas, así como una zona de juegos infantiles, mesas de ping-pong y zona de pícnic. También hay varias pérgolas que generan zonas de sombra.
En el barrio de Pedralbes, el Parque de Cervantes nos saluda nada más entrar a Barcelona por la avenida Diagonal, en el barrio de Pedralbes. Una imagen llena de verde y de color en una zona ajardinada de unas nueve hectáreas de extensión que esconde un pequeño museo al aire libre. Se trata de una preciosa colección de rosas que ofrecen una curiosa ruta botánica entre rosales de todos los continentes, formas y colores. El espacio donde florecen las rosas de abril a noviembre, gracias al suave clima de Barcelona, se llama la pérgola.